A mi bebé lo alimenta mamá con la fuente de sus pechos.
Día y noche come con alegría, de cuando en cuando come para consolar un llanto, otras veces come para saciar la sed de un día agotador.
A mi bebé lo alimenta mamá con el néctar de sus pechos, y le ha hecho tan bien que es sano, fuerte y grande.
Tiene manos grandes, para dar grandes caricias, para ofrecer su mano a quien lo necesite, para trabajar duro y con constancia
Tiene cabeza grande por que sus ideas serán enormes!
Tiene un gran pecho, porque ¿Dónde más cabría ese enorme corazón que Dios le dio?
Tiene piernas y pies grandes, para dar pasos fuertes, decididos, para caminar por este complicado mundo.
A mi bebé lo alimenta mamá con racimos de amor, para que siga siendo grande, grande de espíritu, grande de esperanzas, grande de alma.
Laura Rivas, para el Blog Crianza Positiva

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