- Comprender y manejar las emociones es importante para el desarrollo y el bienestar de los niños y adolescentes.
- Reconocer y nombrar las emociones ayuda a los niños a comprenderlas. Esto sienta las bases para manejar las emociones.
- Los niños y adolescentes a veces necesitan ayuda con sus habilidades emocionales.
Comprender y controlar las emociones: por qué es importante
Comprender y controlar las emociones es importante para el desarrollo y el bienestar durante la niñez y la adolescencia.
Los niños y adolescentes que pueden comprender y manejar sus emociones tienen más probabilidades de:
- Expresar sus emociones hablando con calma o de manera apropiada.
- Recuperarse después de sentir emociones fuertes como la decepción, la frustración o la tristeza
- Controlar los impulsos
- Comportarse de manera apropiada, es decir, de manera que no lastimen a otras personas, a las cosas ni a sí mismos.
Y esto es bueno para los niños porque les ayuda a aprender, hacer amigos, ser independientes y más.
Comprender y controlar las emociones
La capacidad de tu hijo para comprender y manejar las emociones se desarrolla con el tiempo. Cuando tu hijo sea pequeño, necesitará ayuda para comprender las emociones. Esto implica principalmente reconocer y nombrar las emociones y sentar las bases para manejarlas a medida que crece.
A medida que tu hijo crezca, aprenderá más estrategias para manejar sus emociones sin tu ayuda.
Comprender y controlar las emociones también se denomina regulación emocional. Es una parte importante de la autorregulación de tu pequeño.
Niños menores de 3 años: Desarrollando el lenguaje de las emociones
Los niños experimentan emociones antes de que puedan usar palabras para describir esas emociones. Los niños también comprenden el lenguaje antes de que puedan usarlo por sí mismos. Por lo tanto, puedes ayudar a tu hijo a comprender lo que siente ayudándolo a desarrollar un “lenguaje emocional”.
Puede resultar extraño hablar con tu peque sobre los sentimientos mientras aún está desarrollando sus habilidades lingüísticas. Aquí hay algunas ideas para ayudar:
- Cuando veas que tu hijo muestra una emoción en particular, nómbrala y habla sobre ella. Por ejemplo, “Tienes una gran sonrisa en tu rostro. Debes estar feliz de estar en el parque”, o “Estás llorando. Estás frustrado porque no puedes jugar con los peces”.
- Nombrar las emociones que tu hijo ve en ti y en otras personas. Por ejemplo, “La tía está triste porque extraña al abuelo”.
- Ayuda a tu hijo a explorar las emociones a través del juego. Las ideas de juego para desarrollar las emociones de los niños pequeños incluyen el juego de títeres, marionetas, el canto, la lectura y el juego desordenado.
Las grandes emociones como la frustración, la ira y la vergüenza pueden ser abrumadoras para los niños muy pequeños. Cuando ocurren estas emociones, la pausa puede ayudar a los niños a calmarse y a sobrellevar la situación.
Niños de 3 a 8 años: Aprendiendo a comprender y gestionar las emociones
Los niños desarrollan su capacidad para reconocer y nombrar emociones a través de mucha práctica. Es más fácil para los niños practicar jugando, cuando están relajados o antes de que sus emociones se vuelvan demasiado intensas.
Aquí hay algunas formas en las que puedes ayudar a tu hijo a practicar el reconocimiento y el nombre de las emociones :
- Habla sobre las emociones que pueden estar experimentando los personajes de libros, programas de televisión o películas. Por ejemplo, “Mira la cara de María. Parece triste”.
- Lee libros sobre emociones con tu hijo. A nosotros nos encanta El Monstruo de Colores.
- Muéstrale cómo reconoces tus emociones y ayúdalo a reconocer las suyas. Por ejemplo, “Cuando rompí ese vaso, grité muy fuerte porque me enfadé. ¿Te pasa eso cuando cometes un error y te enfadas?
- Ayuda a tu hijo a descubrir cómo se siente su cuerpo cuando experimenta una emoción. Por ejemplo, “Te noto nervioso. ¿Sientes como mariposas revoloteando en el estómago?”
- Dale a tu hijo la oportunidad de explorar las emociones a través del juego.
- Haz una actividad de emociones con tu hijo. Elige una emoción como “emocionado” y la actúas con tu hijo. Puedes convertir esta actividad en un simple juego de adivinanzas: ¿Cómo crees que me siento?
También puedes comenzar a ayudar a tu hijo a aprender estrategias simples para manejar sus emociones . Por ejemplo:
- Enséñale formas de calmarse ante las emociones fuertes, como contar hasta 10 o respirar profundamente cinco veces.
- Sugiere formas de reaccionar ante las emociones fuertes, por ejemplo, aplaudir cuando esté emocionado, pedir un abrazo cuando esté triste o apretar un cojín con mucha fuerza cuando esté enfadado.
Puede ser difícil para tu hijo usar estrategias como estas cuando está muy molesto. Seguramente, puede gritar, golpear cosas o comportarse de una manera inapropiada. Por lo tanto, es posible que debas ayudarle a calmarse . Cuando esté tranquilo, puede ayudarle a comprender que las emociones fuertes están bien, pero el mal comportamiento / la mala reacción no lo está.
Preadolescentes y adolescentes: Fortalecimiento de las habilidades emocionales
Los preadolescentes y adolescentes a menudo sienten emociones fuertes y, a veces, abrumadoras como la vergüenza y la humillación. Es posible que sepan las palabras que definen estas emociones, pero aún tienen problemas para reconocerlas. Además, debido al desarrollo del cerebro adolescente, no siempre tienen las habilidades para expresar y manejar las emociones de una manera adulta.
Es por eso que los preadolescentes y adolescentes todavía necesitan ayuda para comprender y controlar las emociones. Con la práctica, tu hijo podrá manejar sus emociones solo.
Aquí hay algunas ideas para fortalecer la capacidad de tu hijo para comprender y manejar las emociones en la adolescencia:
- Es preciso intervenir cuando notes que las emociones se están acumulando. Cuanto antes tu hijo pueda detectar sus cambios emocionales, más fácil será para él mantener el control de su comportamiento.
- Ayuda a tu hijo a identificar los primeros signos físicos de emociones fuertes. Por ejemplo, “Estás empezando a golpear el teclado con un poco de fuerza. ¿Necesitas detenerte un minuto y tomar un poco de aire fresco?”
- Elabora con tu hijo una lista de cosas que podría hacer cuando note que se le están acumulando emociones fuertes, como salir a correr, escuchar música en sus auriculares, bailar o meditar, entre otras. Traten de incluir muchas opciones para que tu hijo pueda elegir las que le sienten bien en diferentes situaciones.
Recuerda que hablar con los adolescentes sobre las emociones no será tan efectivo cuando estén luchando con la emoción fuerte. Debes intervenir antes o esperar hasta que la emoción haya pasado.
Cuando trabajas en esta estrategia con tu hijo, envías el mensaje de que sentir esas emociones fuertes es algo normal y que comprendes por lo que está pasando.
Señales de que tu hijo podría necesitar ayuda para controlar sus emociones
Todos los niños necesitan ayuda y apoyo para manejar las emociones fuertes a veces, especialmente los niños más pequeños o los niños que enfrentan desafíos adicionales como una muerte en la familia u otro evento traumático .
Los niños pueden necesitar ayuda para manejar las emociones fuertes si:
- Se siente molesto o miserable por lo abrumadoras que son sus emociones
- Siente emociones muy fuertes que no guardan proporción con el problema o la situación
- Siente emociones fuertes durante mucho tiempo después de la situación que provocó esas emociones
- Pasa de estar tranquilo a sentir una emoción intensa como la ira muy rápidamente
- Expresa emociones de manera inapropiada, por ejemplo, reír en respuesta a malas noticias
Además, los niños preadolescentes y adolescentes pueden necesitar ayuda si:
- Parece que toman malas decisiones porque sienten emociones fuertes, como la frustración
- Les resulta difícil relajarse lo suficiente como para disfrutar de su tiempo libre o estar con familiares y amigos
Puedes utilizar los consejos anteriores para apoyar a tu hijo cuando sienta emociones fuertes. Pero si crees que tu hijo necesita más ayuda para lidiar con sus emociones, comienza por hablar con su médico de cabecera . El médico de cabecera puede ayudarte a encontrar apoyo para tu hijo.

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