Una estimulación temprana en los bebés, facilita el desarrollo emocional de los niños. Por ello, os proponemos diferentes actividades y juegos para que los pongáis en práctica con vuestros hijos.
Es importante recordar que cada etapa, y sobre todo cada niño tiene su propio ritmo, y que como con cualquier otro tipo de aprendizaje, debe realizarse con moderación. ¡Sin excederse!
Diferentes tipos de estimulación
- Táctil: Basada en el contacto directo con los niños. Para los recién nacidos el tacto es toda una fuente de sensaciones y su primer contacto con el mundo, por ello es necesario tomarse con calma la realización de actividades cotidianas como el aplicarles cremita o aceites tras el baño, es recomendable realizar suaves y largos masajes, centrándonos en aquellas partes del cuerpo que necesitan una mayor estimulación, tales como los brazos, las piernas, la cara… A medida que los niños van creciendo, la actividad debe de ser más compleja. El niño empieza a interactuar con nosotros y para ello, lo haremos partícipe de la actividad, con lo cual os proponemos que pongáis a su alcance objetos de diferentes tamaños y texturas para que los cojan mientras vosotros les vais explicando las diferencias. ¡Aprenderán a base de experimentar!
- Visual: El sentido de la vista se va desarrollando poco a poco desde el nacimiento. Un bebé recién nacido solo percibe los objetos y las formas que tiene a unos 20-25 cm de distancia. Al principio se recomienda mover un objeto lentamente, para que ellos puedan fijar su mirada en él. A medida que se hacen mayores, y dependiendo de su capacidad de entendimiento, la estimulación debe ser a través del juego. Podéis nombrar un objeto y preguntarle ¿dónde está? para que él sólo vaya buscándolo e identifique el objeto relacionándolo con su nombre.
- Auditiva: Es importante señalar que el oído siempre está en activo, aunque no seamos conscientes de ello, y por eso a través de este sentido se aprenden muchas más cosas. Desde el embarazo, el bebé escucha tanto la voz de la madre como los sonidos que se producen a su alrededor. Una vez fuera, tan sólo hay que seguir potenciando esas sensaciones de diversas maneras: Cantando nanas, susurrándoles palabras de cariño o escuchando música juntos. Más adelante, resultarán muy útiles los juguetes con diferentes tipos de sonidos y melodías por ejemplo los sonajeros. La estimulación del oído está directamente relacionada con la propia estimulación del lenguaje, ya que los niños empiezan a hablar repitiendo lo que oyen a sus padres y familiares.
El papel de los padres y/o cuidadores en la estimulación infantil es fundamental, ya que son los encargados de ayudar a sus hijos a dar sus primeros pasos, ayudándoles a comprender y asimilar su propio entorno.

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