La sociedad se ha encargado de encasillarnos etiquetándonos desde que somos niños. En casa, en la escuela, la familia, los amigos… Las etiquetas forman parte del día a día de los niños y esto, no es nada positivo para el desarrollo óptimo de su personalidad. Lo ideal es que no sean una costumbre.
En muchas ocasiones, se llegan a utilizar palabras indicando una conducta que para esa persona resulta repetitiva, esa palabra recibe el nombre de etiquetas, que no son otra cosa que nombres o significados que se le ponen a la conducta y/o comportamiento del niño.
Está claro que esas palabras (etiquetas) desaprueban la conducta de los pequeños que incluso, llegan a marcar su forma de ser.
Si bien es cierto que muchos padres desconocen el efecto negativo de poner etiquetas a sus hijos, es importante que sepan que esto afecta el desarrollo emocional del niño.
Las Etiquetas
- Limitan: Hacen creer que el niño solo es de esa manera y solo sabe comportarse o es así.
- Encasillan: Por más esfuerzos que el pequeño haga y se esmere por cambiar no puede lograrlo. Eres así y punto.
Consecuencias del uso de Etiquetas
- Baja autoestima.
- No reconoce sus virtudes y capacidades.
- Desmotivación.
- Daño emocional.
- Poca confianza en sí mismo.
- Pensamientos negativos: No sirvo para nada. Soy así. Nunca podré lograr lo que quiero
- Muchos asumen una actitud defensiva, reacia hacia los demás.
De igual manera, las etiquetas tienen efectos negativos en los padres:
- La incapacidad de conocer verdaderamente a sus hijos por estar centrados solo en las etiquetas de cómo es y actúa.
- Actuar sin pensar o reflexionar llevando a cometer errores con sus hijos.
- Estar ciego sobre la verdadera personalidad de su hijo.
- Quejarse constantemente de la forma de ser de su hijo, pasando por alto las cosas buenas que tiene.
- No aceptar a su hijo tal y como es.
Escuchamos muchas veces: Eres torpe, eres una mandona, eres un tonto, eres muy egoísta, malo… no sirves para nada. Los padres tienen altas expectativas con sus hijos y esperan grandes cosas de ellos desde que son muy pequeños, quieren hijos perfectos, maravillosos, que se porten bien siempre y que no se equivoquen nunca… entonces, cuando los niños rompen estas expectativas reaccionan de esta manera «etiquetando negativamente» los comportamientos naturales de los niños como algo malo y haciendo sentir al niño muchas veces humillado.
Luego de leer esto ¿consideras que tu hijo se siente etiquetado? Es importante que reconozcas si has utilizado etiquetas negativas hacia él y sus diversos comportamientos en relación a expectativas que has tenido y que no se han cumplido. Si es así, es necesario que comiences a trabajar poniendo en práctica las siguientes recomendaciones:
- Reconoce sus virtudes: Cada vez que tengas la ocasión para destacar sus virtudes y las cosas positivas que tiene ¡hazlo! Recuerda y comenta anécdotas de ocasiones donde te sentiste orgulloso de tu hijo. Cuando te enfocas en esos aspectos positivos acerca de tu hijo, se sentirá animado y motivado a repetir tales conductas.
- No te vuelvas repetitivo: Comentar una y otra vez lo que tu hijo hace mal, dificulta un cambio de conducta positivo ya que no tendrá la confianza en sí mismo para hacer algo diferente a lo que le transmites.
- Evita decir “siempre” o “nunca”: Con esas dos afirmaciones les hace sentir que por más esfuerzo que hagan por cambiar, no lo van a conseguir de ninguna manera.
- Anima sus pequeños cambios: Es muy necesario que se le anime cuando vaya teniendo cambios positivos, aunque la conducta negativa no se haya erradicado del todo, reconocer y destacar los pequeños logros son muy importantes para él.
- Se su ejemplo: Revísate. Piensa cómo son tus conductas, tus acciones… los niños aprenden más con el ejemplo que con cualquier otra cosa.
Te invito a leer mi artículo: El Efecto Pigmalión Que trata sobre las expectativas que tiene una persona respecto de otra y cómo puede influir en la conducta de esa persona.

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