Peleas y niños ¿Por qué pelean los niños?
Los desacuerdos entre los niños son muy comunes, son parte del aprendizaje de cómo llevarse bien. Las peleas ocurren cuando un desacuerdo se vuelve agresivo, por ejemplo, cuando se trata de gritar o golpear. Los niños todavía están aprendiendo a controlar sus emociones, por lo que esto no es inusual.
Las peleas de los niños a menudo comienzan cuando consideran una situación como injusta, están tratando de hacer valer lo que creen que son sus derechos, sienten que otros no ven su perspectiva o ven la misma situación de diferentes maneras. Por ejemplo, un niño mayor puede ver como una broma burlarse de un niño más pequeño, pero al niño más pequeño puede que no le guste.
Y para los hermanos, las peleas pueden ocurrir cuando compiten entre sí por la atención o aprobación de sus padres. Cuanto más cercanos son los hermanos, más tienden a pelear.
Desacuerdos, peleas y resolución de problemas: Oportunidades para aprender
Los desacuerdos pueden ser una gran oportunidad para que tus hijos practiquen las habilidades sociales que necesitarán cuando sean adultos. Cuando los desacuerdos conducen a peleas, puede ser una oportunidad para que los niños aprendan otras formas de resolver conflictos, especialmente si aprenden que pelear no les da lo que quieren, lo que desean.
Cuando los desacuerdos entre los niños se resuelven de manera justa y sin que nadie salga lastimado, los niños comienzan a desarrollar habilidades para resolver problemas como la negociación. También aprenden la importancia de ver el punto de vista de los demás y respetar los derechos, sentimientos y pertenencias de otras personas.
Habrá menos peleas a medida que tus hijos crezcan y desarrollen mejores habilidades sociales.
Si necesitas manejar una pelea, es importante detener las cosas antes de que alguien resulte herido. Deja que todos se calmen antes de hablar sobre soluciones o consecuencias.
¿Cómo afecta el temperamento a los niños?
Los niños nacen con su propio temperamento: La forma en que reaccionan al mundo y como se comportan. Por ejemplo, pueden ser flexibles o persistentes, sociables o tímidos. El temperamento de los niños hace que sea más o menos probable que negocien, discutan o eviten conflictos.
El temperamento también puede ser la razón por la que algunas personas se enfadan más rápido que otras, o son menos capaces de controlar el enfado. No siempre es fácil para los adultos resolver los conflictos sin recurrir al mal comportamiento, imagínate lo difícil que es para los niños.
Los niños no nacen sabiendo cómo manejar los desacuerdos. Pero todos los niños pueden aprender a comportarse para que sea menos probable que se produzcan peleas . Por ejemplo, las reglas justas, las rutinas y el aliento guían a tus hijos hacia mejores formas de resolver los conflictos.
¿Cómo afecta el entorno?
Los niños aprenden a resolver las diferencias observando y copiando el comportamiento que ven en su entorno.
Entonces, si los niños te ven resolviendo tus diferencias de forma positiva, ellos también aprenderán a comportarse de esta manera. A esto, se le llama modelar un buen comportamiento. Puedes modelar comportamientos como:
- Hablar con calma cuando no estás de acuerdo con alguien
- Mantener la calma cuando estás enfadado
- Comprobar los hechos antes de actuar
- Reaccionar de manera apropiada a la situación
- Escuchar los puntos de vista de otras personas.
Los niños también aprenden del comportamiento negativo. Si los padres disciplinan a los niños golpeando, es más probable que los niños golpeen a sus hermanos, compañeros del cole, amigos o incluso a sus padres. También es más probable que elijan pelear si:
- Constantemente ven que las personas son agresivas entre sí, en particular sus padres, hermanos y amigos.
- Obtienen lo que quieren empujando, pegando o peleando
- Sus padres no establecen límites consistentes en peleas o agresiones
- Ven mucha violencia en la televisión, en el cine y en los videojuegos, especialmente si su temperamento les dificulta controlar la ira.
Los niños aprenden estas lecciones desde una edad muy temprana.
Peleas y niños: Edad y habilidades
La forma en que los niños manejan los conflictos está determinada en parte por sus edades y niveles de habilidad. Por ejemplo, es común que los niños más pequeños se comporten de manera agresiva. Esto generalmente cambia a medida que crecen y aprenden mejores formas de resolver conflictos.
Los niños de 3 a 4 años:
- Comienzan a cooperar, compartir y turnarse, todo lo cual eventualmente conducirá a menos peleas
- Están aprendiendo a manejar sus sentimientos, por ejemplo, pueden frustrarse mucho si les quitan algo que quieren
- Es probable que necesite apoyo, recordatorios y comentarios positivos
- Aún pueden expresar frustración de forma física como pegar, morder
Los niños de 5 a 7 años:
- Continúan mejorando habilidades como compartir, turnarse, comprometerse y hablar sobre las opciones
- Resuelven mucho mejor los problemas sin necesidad de que los adultos intervengan, aunque todavía necesitan aliento
Niños de 8 a 12 años :
- Tienden a ser menos físicos, pero tienen más desacuerdos verbales y peleas que los niños más pequeños
- Se están volviendo mucho más sociables y quieren llevarse bien con otros niños en grupos
Si le resulta difícil manejar la forma en que sus hijos pelean, no estás solo. Las peleas son una razón común para que las familias busquen ayuda profesional. Si requieres asesoría de familia, puedes contactar conmigo desde este enlace: https://wa.link/furmly

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